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jueves, 29 de noviembre de 2012

CAFRES AL VOLANTE



Usuarios del transporte público viajan con el amén en la boca, por carreritas entre los choferes. 

Los autobuses del sistema de transporte público de Cancún se han caracterizado por ser peligrosos, al no respetar los límites de velocidad, así como andar haciendo carreritas con otros conductores en pos de ganar el pasaje. Esta situación explica el que el 30 por ciento de los accidentes viales son provocados por el transporte público.
Por ello, los usuarios de los autobuses urbanos dicen vivir con miedo a ser víctimas de un accidente, “ya que muchos circulan a exceso de velocidad tanto en la ciudad como en la zona hotelera, permitidos y solapados por Tránsito”.
La estudiante del Conalep, Yesenia Anahí, asegura que cada día al momento de dirigirse a su centro de estudios ubicado en el Centro de la Ciudad, es testigo de cómo las unidades de Maya Caribe y Autocar, se la pasan haciendo carreras con tal de quitarle el pasaje al otro. Situación que diariamente debe vivir, con el temor de sufrir un accidente en el tiempo de traslado de su casa a la escuela o viceversa. Menciona además que ya le ha tocado que en alguna ocasión la unidad en la que viaja se le poncha una llanta “lo que habla del mal mantenimiento que tiene el transporte en Cancún”.

INHUMANOS
Por su parte Ruth Evelyn Esquivel, estudiante del mismo plantel, acusa a los transportistas de que “a veces pareciera que no quisieran trabajar, pues en ocasiones pasan, se les hace la parada y no paran”, lo que la hace llegar tarde a la escuela. Por esta razón menciona que en algunas ocasiones se ve en la necesidad de tomar un taxi, acusando a estos de conducir siempre a exceso de velocidad y en ocasiones hasta hablando por celular.
“Pero ni modo es la situación que cada día se debe vivir para poder transportarse de un lugar a otro,” lamenta. Esta ciudad posee grandes atractivos turísticos, pero una gran deficiencia humana”.
José Arias Arizmendi, comerciante de profesión, menciona que a él en lo particular no le desagrada el sistema de transporte de la ciudad, reconociendo que sí, sin duda manejan rápido, “pero eso sirve para llegar más rápido al lugar donde uno vaya”; y en su caso que él viaja constantemente a la Zona Hotelera de Cancún, se le hace una buena medida, “sobre todo por el tiempo que se pierde a la altura del puente Calinda, donde el carril se reduce y diariamente se hace un embotellamiento”.
Opina también que mucha de la culpa de los accidentes por velocidad, no recaen al 100 por ciento en los transportistas “pues también hay particulares que manejan mal y se les atraviesan”, dijo.
Una opinión más, fue la de la señora Lucía del Carmen, ama de casa y madre de dos pequeños, quien advierte que el servicio de transporte es malo, “porque andan a prisa todo el tiempo y en ocasiones no esperan ni a que uno se siente y ya están arrancando”, razón por la que ha notado ya en más de dos ocasiones que personas de la tercera edad, se han caído al interior de la unidad. “Además son groseros” indica, por lo que a veces no quiere agarrar autobús y prefiere andar en 

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