MESIAS DE LA AMBICION

Por Guillermo Olán / Luis Roel / Quequi

Quien miente una vez, miente siempre… y Gregorio Sánchez Martínez, precandidato al Senado de la República por Quintana Roo es un mentiroso. Aunque el mitómano lo niegue, Quequi ha documentado y consultado fehacientemente, fuentes acreditadas como el Registro Público de la Propiedad, tanto en Cancún como en Cozumel, de acuerdo con documentos oficiales, sobre la relación de bienes y propiedades que posee, según su propia declaración patrimonial firmada por él mismo en el 2008, y que evidencian una fortuna real de la cual nunca ha podido explicar su verdadero origen.

Y es que llegar a acumular más de mil millones de pesos en cuentas y propiedades, muchas de ellas pagadas de contado, hacen pensar en un “mago de las finanzas” o en un enriquecimiento de dudosa procedencia, pues no cualquier persona paga de contado 200 millones de pesos, como lo hizo en la adquisición de la plaza comercial Mayaland en construcción, ubicada en la avenida Tulum, contra esquina del edificio del Poder Judicial del Estado.

Así como este caso, nadie se explica que, según el mismo documento, haya pagado de contado 300 millones de pesos, por la compra de un terreno ubicado en la Carretera Costera Sur kilómetro 18+244, en la isla de Cozumel, mismo mecanismo que habría utilizado para el pago de 28 propiedades más en los municipios de Benito Juárez, Solidaridad y Cozumel; así como en Hopelchén, Campeche, en el Estado de México y en Chiapas.

Todas estas propiedades, documentadas con fotografías tomadas desde tierra, mar y aire, hacen pensar de Gregorio Sánchez Martínez, que es un hombre desmemoriado o el más grande de los mentirosos, pues a su regreso del penal de mediana seguridad de El Rincón, en Tepic, Nayarit, donde estuvo preso un año dos meses, afirmó en conferencia de prensa que sus empresas estaban en quiebra y que no tenía dinero.

No sólo eso, sino que a principios de agosto del año pasado, Gregorio Sánchez acusó al actual presidente municipal de Benito Juárez, de haber alterado su declaración patrimonial. Días después, el día 30 de ese mismo mes, a su llegada a Cancún, luego de su reclusión en Nayarit, su abogado Alejandro Pascal, anunció que el ahora precandidato al Senado presentaría demanda penal ante la Procuraduría de Justicia del Estado por la alteración de su declaración patrimonial, aunque no estableció contra quién se harían los cargos.

No obstante la presunta alteración de la declaración patrimonial, según Gregorio Sánchez, el equipo de reporteros de Quequi logró documentar gráficamente la existencia de esas propiedades, muchas de las cuales conservan o exhiben signos distintivos, tales como propaganda política que las relacionan con este personaje, independientemente que existen documentos oficiales que así lo confirman.

Debe 10 mdp a Santander

La existencia de sus propiedades corrobora que sus empresas que dice tener no están en quiebra ni mucho menos se encuentra en la pobreza, ya que en entrevista al asumir la presidencia municipal de Benito Juárez, en abril de 2008, afirmó que “tengo tanto dinero que puedo vivir con mi familia 100 años sin trabajar”.

Con esa declaración, cabe reflexionar, se exhibió como un hombre que además de mentiroso es tramposo, pues sí tenía tanto dinero -como ahora se confirma-, nadie se explica el porqué pidió un préstamo al empresario Steve Santander por 10 millones de dólares, que hasta donde se sabe tampoco ha pagado.

Con respecto a la firma en los pagarés, de la misma forma en que afirma que su declaración patrimonial fue alterada, también asegura que su rúbrica fue falsificada, lo que fue desmentido por su propio ex coordinador de asesores y ex vocero oficial, Alfredo Achard Carretero, quien no sólo admite que las firmas de los pagarés en poder de Steve Santander por 10 millones de dólares son auténticas, si no que deja solo al ex alcalde, al señalar que le corresponde pagar ese dinero, “ya que sí fue utilizado al final de su campaña”.

La serie de hechos hasta aquí enumerados, delinea una personalidad camaleónica de este personaje como “psicópata carismático”, digno de un estudio psicológico, ya que en el logro de sus objetivos, es capaz de cambiar sus aparentes convicciones de fe, lo mismo que mostrarse inhumano.

Además, en los poco más de cinco años que lleva incursionando en la política ha pasado de católico ferviente, iniciado en la masonería y ahora se declara cristiano, miembro de "Global Center", de la cual dice que no es una religión sino “una forma de vivir con ética, profesionalismo y amor a nuestros semejantes”, sólo que sus mentiras y trampas derrumban cualquier declaración al respecto.

Aún así, afirmaba a su regreso a Cancún luego de su reclusión: “Por ahora solamente pienso dedicarme a mi familia, a reestructurar mis empresas y a pagar mis deudas. Uno de mis proyectos personales es grabar un disco de alabanzas cristianas. Yo escribí 125 alabanzas cuando estuve preso en el penal de Nayarit y de esas alabanzas vamos a grabar 15 en un disco, que espero en diciembre esté listo".

Ya pasó diciembre y la política doblegó su intención cristina. En cambio es precandidato al Senado de la República.

No es el hombre humilde que dice ser ni tampoco está dedicado “a vivir con ética, profesionalismo y amor a nuestros semejantes”, ya que vive en opulencia, en lujosas mansiones y rodeado de al menos una docena de guardaespaldas, no propias de una persona que vive con ética y profesa el cristianismo.

No paga predial en Cozumel

Lo irónico de la opulencia de Greg Sánchez, es que tuvo 300 millones de pesos en efectivo para pagar un terreno costero en Cozumel, por la codiciada zona de Playa Palancar, pero no ha podido liquidar el predial correspondiente por los años 2010 y 2011, para lo cual su yerno, el diputado Alejandro Luna López, gestiona ante las autoridades del Ayuntamiento cozumeleño le hagan un considerable descuento en el pago del citado impuesto, aprovechando su influencia y su fuero.

De acuerdo al número de cédula catastral 0000038750, fechada el 27/05/2009, Gregorio Sánchez cuenta con un predio a nombre de El Jaguar Servicios Inmobiliarios S. A., ubicado en el kilómetro 18+400 de la carretera Costera Sur, por calle Rancho Chakah en la Zona Hotelera sur, cuyas medidas y colindancias son: al norte–noreste 349.82 metros con fracción II; al sur–suroeste 444.33 metros con fracción I-B; al este–sureste 400.00 metros con carretera costera sur y al oeste –noroeste 400.00 metros con fracción I-A, lo cual le da una extensión de terreno de 158,830.00 metros cuadrados sin construcción hasta el momento, valuado en 3 millones 494 mil 352 pesos con 40 centavos.

Asi mismo, la cédula 0000038751, fechada el 27/05/2009, revela que cuenta con otro predio ubicado en el kilómetro 18+244, de la carretera Costera Sur, cuyas medidas y colindancias son: al norte–noreste 276.14 metros con fracción IV, Rancho Dalila; al sur–suroeste 82.58 metros con fracción VII; al este–sureste 400.00 metros con terrenos nacionales y al oeste–noroeste 400.00 metros con Zona Federal Marítimo, lo cual le da una extensión de 71,744.00 metros cuadrados sin construcción, valuado en $8,232,624.00.

Finalmente, según cédula 0000038752, fechada el 27/05/2009, cuenta con un tercer predio ubicado en la Carretera Costera Sur, por calle Rancho Chakah, cuyas medidas y colindancias son: al norte–noreste 168.85 metros con fracción II; al sur–suroeste 336.61 metros con fracción I; al este–sureste 400.00 metros fracción I y al oeste–noroeste 437.50 metros con Rancho Magdalena, lo cual le da una extensión de 105,830.69 metros cuadrados sin construcción, valuado en $5,291,534.50.

En dichos terrenos, Gregorio Sánchez tenía planes de construir un mega hotel de ocho pisos; sin embargo, las autoridades ambientales como Semarnat y Profepa no le autorizaron el uso de suelo por la densidad de la zona, ya que sólo le dejan construir 10 habitaciones por hectárea, y como el proyecto así no le era redituable, frenó su construcción desde hace varios años.

Ahora, al ex presidiario no le queda más que esperar a que algún funcionario federal se deje sobornar para seguir con sus fines aviesos de concretar su desarrollo hotelero en la Isla de las Golondrinas, violentando las leyes ambientales.